Los primeros días de setiembre la prensa anunció la tragedia: cuatro ashaninkas habían sido cruelmente asesinados en la selva peruana. Se trataba de Jorge Ríos, Leoncio Quinticima, Francisco Pinedo, y Edwin Chota, el dirigente de la comunidad nativa de Alto Tamaya-Saweto, en Ucayali, y fundador de la Aconamac, Asociación de Comunidades Nativas Asháninkas de Masisea y Callería. Su asesinato, el lunes 1 de setiembre a manos de madereros ilegales, lo ha convertido en un mártir de la lucha en defensa del territorio y las comunidades amazónicas. Esta es su historia. 

eDWIN cHOTA FUE UN DEFENSOR DE LA AMAZONÍA/ FOTO: ANOUK GARCÍA

Como líder de la comunidad asháninka, Edwin asumió muchos años atrás el compromiso de buscar el bienestar de su comunidad y defender los recursos naturales de las manos depredadoras de los madereros ilegales. En 2002, envío más de un centenar de cartas a autoridades locales y nacionales solicitando políticas de identificación y servicios como escuela y centro de salud. 

La protección legal de las tierras de su comunidad fue el siguiente paso, natural, en su camino como líder de su pueblo y jefe de su comunidad, una aldea de unas treinta familias asháninka. Gracias a su empuje, un año después Saweto obtuvo reconocimiento como comunidad, más no seguridad jurídica, necesaria para defenderse de la expansión de la tala ilegal. Edwin hizo de ésta su causa y la difundió por igual en comunidades y en salas de conferencias en las ciudades, reuniones en que solía discutir con otros líderes para evaluar cómo ponerle fin a este mal que afecta a las comunidades de la zona de Ucayali. Por esta lucha, Edwin recibió amenazas de muerte y hostigamientos. 

edwin en una conferencia en ucayali. foto: propurus.

Es no lo detuvo. Buscó que el gobierno otorgara la titulación de las tierras a la comunidad de Saweto, y también se hiciera efectiva una ley para combatir la deforestación y proteger a los pueblos indígenas del acoso de las madereras. Y fue aún más allá, promoviendo la hermandad con las comunidades al otro lado de la frontera, en Brasil, con las que creó un fuerte lazo motivado por una agenda común: territorio, reconocimiento legal, defensa de los madereros y, como consecuencia casi natural de su incansable actividad, la formación de un nuevo liderazgo indígena. 

Sus pedidos fueron desoídos durante toda la década, diez años en los que la tala ilegal se volvió cada vez más agresiva. Como las amenazas que Edwin recibía. Hasta que, trágicamente, estas se cumplieron el primer día de setiembre de 2014, cuando el líder asháninka, de 52 años, se alistaba para llevar la denuncia contra los madereros ilegales a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Ya varias veces antes Chota había denunciado ante la prensa que el Estado peruano no se preocupaba por tomar acciones ni formular leyes que protegieran al territorio y la integridad física de los ashaninkas. En 2013, luego de la incautación de 930 metros cúbicos de madera en un aserradero de río Manantay, que se logró gracias a la denuncia promovida por él, Chota escribió en un comunicado: 

"La madera y los madereros están ahora bajo investigación, pero, ¿quién va a proteger a la gente de Saweto y sus líderes de los leñadores armados y peligrosos?" . 

Y en un video divulgado antes de su muerte denunció con tristeza: 

"Veo un vacío. Sentimos en Saweto un vacío de las instituciones del gobierno peruano, nuestro gobierno. No tenemos protección hasta el momento. Ha sido nuestro letrero baleado, disparado."

Tras su muerte, la comunidad de Saweto exige que la lucha de Edwin Chota no quede en el olvido. Además del encarcelamiento de los asesinos, sus compañeros exigen un estudio que permita asignar los títulos de propiedad que protejan legalmente a los asháninkas, así como acciones firmes que prevengan futuros posibles crímenes.


Un héroe del pueblo, un héroe para el mundo

Influyentes medio de prensa como The Guardian, de Inglaterra, o The New York Times, de Estados Unidos han hecho eco del crimen que acabó con la vida de Edwin, y se han solidarizado con este verdadero héroe ambiental.

Su ejemplo ha inspirado a ambientalistas internacionales a tomar acciones en defensa de aquellos que, como él, lucharon hasta el final por proteger la tierra, y, por ello, son amenazados, violentados, y como el caso de Edwin, asesinados (según un reporte de Deadly Enviroment, este problema de violencia viene creciendo cada vez más en los últimos tres años en Perú). 

familia de saweto retratada por nat geo en 2013. cada mañana deben hacer frente a las bandas armadas enviadas por los inescrupulosos madereros.

El crimen contra Edwin Chota ha puesto en evidencia un problema que no solo afecta a Saweto, sino a toda la región de la Amazonía: la falta de leyes a favor de sus habitantes y el ambiente, sus pueblos y su impresionante riqueza biodiversa. La selva peruana convertida en tierra de nadie. 

Por su incansable lucha y su valentía, Edwin Chota es considerado un héroe ambiental. Hacemos nuestras sus palabras: 

"Nuestro sueño se mantendrá vivo el mayor tiempo, establecimos las bases para los niños que caminan detrás de nosotros (...) Nada nos va a derrotar si nos quedamos juntos. Me siento más fuerte, con una red de alrededor de mí. No importa quién sea el rostro de la red. Todo lo que importa es que nosotros empujamos y caminamos juntos"


[Foto de portada: Emory Richey]

Para conocer más sobre el caso de Edwin Chota, lee en LaMula: 

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