Digna Ochoa y Plácido nació en Veracruz, México. Por defender los derechos humanos y ambientales, le quitaron la vida el 2001, cuando tenía solo 37 años de edad. Esta mujer mexicana de mirada valiente se enfrentó a los más oscuros grupos de poder de su país, esos mismos que lo mantienen, hasta ahora, en perpetuo duelo. Esta es su historia.
una LUCHA DIGNA


digna ochoa / foto: mujeresporlademocracia.blogspot.com

Digna estudió Derecho en la Universidad Veracruzana, y tras graduarse se unió al  Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh) en Ciudad de México. Desde ahí encabezó, incansablemente, la defensa penal de dos ecologistas ejemplares del Estado de Guerrero, Rodolfo Montiel Flores --Premio Ambiental Goldman y Premio Chico Mendes de Sierra-- y Teodoro Cabrera, quienes habían sido injustamente incriminados por proteger los bosques del pacífico de México.

Ese territorio, cubierto de bosque denso, fue talado progresivamente en la década de los ochenta. En consecuencia, no solo disminuyó la flora del lugar, sino también el agua de los ríos, los peces y las cosechas de los habitantes, quienes quedaron en situación de pobreza. Fue así que estos dos campesino decidieron formar el colectivo Ecologistas Campesinos de las Montañas de Petatlán y Coyuca de Catalán.

Pero la represión cayó sobre ellos. Según indica el Enviromental Defender Law Center, los militares mexicanos capturaron y torturaron a Montiel y Cabrera para disuadirlos de seguir liderando el proyecto de rescate del bosque. El 2 de mayo de 1999 ambos fueron secuestrados y obligados a posar frente a una cámara con marihuana y armas en las manos. Esas imágenes llegaron a la corte de México y, bajo el cargo de tráfico de drogas, se vieron obligados por los soldados a firmar una confesión falsa, que los condenaba a permanecer en la cárcel de Iguala (Guerrero) en situaciones inhumanas. 

rodolfo montiel y teodoro cabrera fueron torturados y trasladados a la cárcel de iguala durante un año  / foto: reuters

Diga Ochoa fue quien los defendió, en calidad de abogada, hasta el final. Llamó la atención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (IACHR, por sus siglas en inglés), la cual, con el apoyo de la Fundación Goldman, consiguió que el senador norteamericano Robert F. Kennedy y su esposa viajaran hasta Iguala para verificar la tortura a la que eran sometidos estos dos activistas. A modo de protesta, el 2000, dentro de la cárcel, Rodolfo Montiel recibió el Premio Ambiental Goldman de las manos de los esposos Kennedy. 

LAS AMENAZAS

En sus primeros años de lucha en defensa de Montiel y Cabrera, Digna recibió las primeras amenazas de muerte en Prodh, donde trabajaba como abogada. Cuando denunció estos hechos, el gobierno mexicano decidió ignorarla. En consecuencia, en 1999, fue secuestrada en su propia casa, donde la violaron y torturaron; y el 2000 --el mismo año en que Montiel recibía el Premio Goldman en su celda de Iguala-- Digna tuvo que viajar a Washington (EE.UU.) para proteger su vida de la inminente muerte, cada vez más cercana.


Nuevamente, la IACHR emitió un comunicado en que pedía al gobierno mexicano que protegiera a la abogada y liberara a los dos ambientalistas. 
exilio y retorno

digna ochoa fue galardonada por amnistía internacional / foto:  terra

En Estados Unidos, la heroína mexicana se sumó a otros 50 activistas con el fin de denunciar la violación de los derechos humanos en México ante la ONU. Esto le valió algunos premios como defensora, entre ellos el de la Amnistía Internacional. 

Asimismo, como fruto de su labor como defensora, su testimonio apareció en el libro Hablar con la verdad al poder: defensores de derechos humanos que están cambiando el mundo, de Kerry Kennedy. Luego de su breve estadía, Digna tomó la decisión de regresar a su hogar, en México.

El retorno sucedió en abril de 2001. Lo primero que hizo fue retomar los casos penales de Montiel y Cabrera para liberarlos, a ellos se sumaron la defensa de varios estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que habían sido acusados de guerrilleros, así como el caso de presos políticos incriminados por supuestos vínculos zapatistas.

digna fue asesinada el 19 de abril de 2001 en su oficina. hasta ahora su caso sigue cerrado/ foto: sdp noticias 

Si bien contaba con la protección legal de varios organismos internacionales, ello no impidió que el narcoestado, fuera de toda ley, empleara métodos violentos para detenerla. Su lucha era un obstáculo para los transgresores de los derechos humanos.

Entre el silencio cómplice del Estado mexicano, los taladores de Guerrero, los caciques y militares afectados por sus defendidos, Digna fue asesinada un 19 de abril de 2001 en su oficina. Al costado de su cuerpo perecido, se halló una nota que amenazaba con eliminar a todos los miembros del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro que siguieran con las causas de Digna. 

impunidad 

Pese a todas las evidencias, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal de México declaró que su muerte era producto de un suicidio. Para las autoridades mexicanas, Digna se habría quitado la vida pese a que su cadáver tenía el impacto de dos balas, en el cráneo y la pierna. 

La injusticia se condecoró en México.

digna ochoa clama justicia / foto: amnesty internacional

Solo cuatro años después, el 2005, exhumaron su cuerpo para reabrir el caso. Sin embargo, la mano negra del poder pudo más: el 2010, la procuraduría volvió a cerrarlo, insistiendo en que ella se abría quitado la vida. 

símbolo

marcha por el dia de los derechos de la mujer en méxicoy contra el feminicidio  (2013) / foto:  upsidedownworld.org

Muchos se han sumado a la causa que Digna no pudo terminar de defender. Primero, la Fundación Goldman emitió un comunicado a la prensa, publicado por el diario norteamericano The New York Times. Ahí se denuncia la muerte de esta heroína como un caso de violación de los derechos humanos y se enfatiza su labor como abogada de los ambientalistas.

Hasta hoy su homicidio es un acto de violencia que ha quedado impune. Con eso queda demostrado, una vez más, la violación sistemática de los derechos humanos que vive Latinoamérica. 

Sin embargo, su nombre se alza como un símbolo de resistencia en México. En homenaje, se han fundado más centros de defensa en todo el mundo. Además, ha sido condecorada con varios premios postmortem para que la injusticia no quede en el olvido, pero sobre todo para que se recuerde que México y el resto de América Latina necesitan frenar la violencia.   

También en su nombre se ha sembrado un árbol de la paz en Washington D.C. Además, en la ciudad de Nezahualcoyotl se alza la Primera Piedra de la Plaza de los Derechos Humanos “Digna Ochoa y Norma Corono”. Y el 2003 se realizó el documental “Digna, hasta el último aliento”.

Esta mártir luchó por liberar a dos activistas ecologistas importantes. Se solidarizó con los alumnos de la UNAM y los presos políticos que han sido encarcelados sin el procedimiento legal que corresponde a un Estado democrático. Por defender los derechos humanos y la biodiversidad de su país, Digna Ochoa es considerada una verdadera heroína ambiental y social.

A continuación, el documental “Digna, hasta el último aliento”, dirigido por Felipe Cazals.


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